Las 5 W: qué son, cómo ordenarlas y cómo utilizarlas

marianoperusso
4 min readMar 7, 2021

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Es posible que alguna vez hayas escuchado hablar de “las 5W del periodismo” o de la comunicación en general. Es una expresión muy común entre quienes trabajan con las palabras, pero no todos conocen su significado ni mucho menos su alcance. Y aunque el nombre suene sofisticado, las 5W no son más que el ABC de una comunicación concisa, efectiva y eficaz. Cualquiera debería conocerlas y, sobre todo, utilizarlas.

Las 5W son las cinco preguntas básicas que nos hacemos -inconscientemente- a la hora de comunicar, y su nombre proviene del inglés: qué (what), quién (who), cuándo (when), dónde (where) y por qué (why). Algunos autores incluyen el cómo (how), que por caprichos de la lingüística en inglés no comienza con W y los obliga a emplear la poco práctica expresión: “las 5W + 1H”.

Su origen es bastante antiguo, aunque aún rige la mecánica del periodismo actual. En tiempos de guerra, la posibilidad de que una comunicación fuera interrumpida por infinidad de motivos era muy alta. Por lo tanto, quienes se encargaban de enviar información mediante el telégrafo o el medio que tuvieran a disposición, se enfocaban en poner lo primordial al principio, y lo anecdótico al final. De modo que, ante cualquier imprevisto, lo esencial era transmitido.

Esta estructura narrativa, tal vez poco estética, pero sumamente efectiva, se trasladó con velocidad al periodismo escrito, donde por cuestiones de espacio podía ser recortado el último párrafo de un artículo. Además, era sumamente positiva para el lector que, quizá carente de tiempo, podía entender los lineamientos de una nota sin tener que llegar hasta el final. Del periodismo gráfico, este formato pasó a la radio, la televisión y cualquier otro espacio en el que se pueda ejercer la profesión.

La estructura de las 5W es sumamente cómoda y tiene años de probada eficacia. Además, es absolutamente intuitiva: es muy probable que al día de hoy te comuniques utilizando estos lineamientos sin saberlo, dado que son los que permiten que todos nos entendamos mejor.

Qué. Quién. Cuándo. Dónde. Por qué. Y cómo, claro. ¿En ese orden? No. ¿Y en qué orden? La realidad indica que no hay un orden establecido para absolutamente todas las comunicaciones: dependiendo qué se quiere transmitir, será más importante responder a una que al resto. Veamos un par de ejemplos para clarificar esto:

Supongamos que quiero contarle a alguien que esta tarde vi una remera roja que me encantó en el centro, y me gustó tanto que la compré.

¿Qué? Compré una remera roja

¿Quién? Yo

¿Cuándo? Esta tarde

¿Dónde? En el centro

¿Por qué? Porque me gustó mucho

Ahora, ¿cuál es el orden correcto? Posiblemente así como está, tiene sentido. El español, además, tiene la facilidad de ahorrarnos poner la persona con sólo conjugar el verbo (si es “compré”, fui yo, de lo contrario sería “compró” o alguna otra conjugación). “Compré una remera roja esta tarde en el centro porque me gustó mucho”. Es eficaz, tiene sentido.

Pero, si lo que yo planeo destacar es otro aspecto de la historia, el orden cambia para servir a esa función. Si en vez de en el centro, yo compré la remera en la casa de Diego Maradona, será más relevante dónde compré que qué compré, cuándo o por qué. Si, en cambio, la remera la hubiera comprado porque estaba de oferta, quizá prefiera destacarlo antes que dónde o cuándo. Y si compré a las 4 de la mañana, la estrella será el cuándo.

Puede darse también que uno desconozca la respuesta a una de las 5W, y en ese caso no hay que sufrir: simplemente no se comunica ese aspecto o se admite su desconocimiento. Y aunque el cómo no sea una de esas W, quizá le toque algún día ser más relevante. Si alguien hace un gol de chilena, por ejemplo, importará más el quién y el cómo, que dónde o cuándo. Muchos menos por qué, con lo difícil que es justificar la decisión de hacer semejante acrobacia.

Las 5W no responden a ningún orden en particular más que el que queramos darle para hacer más eficaz nuestra comunicación. No son una obligación, ni un compromiso que asumimos al querer expresarnos. Pero vale la pena recordar que siempre podemos ser interrumpidos por cualquier tipo de evento, sea una moto que pasó haciendo ruido, un corte de luz, o hasta la propia falta de interés de nuestro interlocutor, con la cantidad de estímulos con los que competimos a diario.

Pensar en comunicar siguiendo este mecanismo es un ejercicio muy interesante para mejorar nuestras habilidades de conversación y escritura. Como casi todo en la vida, requieren de un poco de sentido común para sacarle el mejor provecho. La clave está en hacer de ellas una herramienta en función de una mejor y más eficaz expresión.

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marianoperusso

Escribo siempre que puedo. Me río hasta cuando no puedo.